Sobre mi

Siempre me gustó la fotografía, desde aquella cámara con la que me hice allà por el año 1982, siempre he tenido una. Pero siempre pensé que eso de la fotografía estaba reservado a unos pocos profesionales y artistas, con lo cual me conformaba con llevar mi cámara cuando iba de viaje para inmortalizar los sitios a los cuales iba, vamos, la típica turísta. También hacía lo propio en los eventos familiares o con amigos. Pero disfrutaba!

Recuerdo los años en los que hacías las fotos y no sabías qué saldría, la ilusión con la que ibas a la tienda a revelarlas y la alegría que te daba cuando ya estaban listas y las veías; también la decepción de ver que un par de ellas no había salido como tu querías, y los cabreos cuando depués de marearte al final te confesaban que tu carrete se había perdido. Qué tiempos aquellos!

Me hice con una de la primeras cámaras digitales que salieron al mercado, una Sony, y la cara de asombro que debí de poner cuando descubrí los menús y todo lo que podía hacer con ella apretando sólo un botón. Y además podía repetir la foto y no tenía que revelar! Un par más de cámaras digitales pasaron por mis manos. Claro que, alguna que otra tarjeta más de un susto me ha dado.

En el 2011 cayó en mis manos una DSLR, una réflex digital, una Nikon D3100. ¿La verdad? No sabía qué hacer con ella! Así que al principio seguía dándole al 'botón gordo'. Pero las opciones estaban ahí, el modo manual estaba ahí, ¿por qué no probar? Y probé, y probé, y seguí probando, seguí experimentando, seguí acertando y fracasando y ... aquí estoy, todavía con mi Nikon. Algunos se espantarán, no es una cámara profesional, pero como dijo Arnold Newman, "Muchos fotógrafos piensan que si compran una cámara mejor serán capaces de hacer mejores fotos. Una cámara mejor no hará nada por ti si no hay nada en tu cabeza o en tu corazón."

Y ahí sigo, intentando ver el mundo con otros ojos, los ojos de quien disfruta y vive la fotografía.

Elena